miércoles, 14 de noviembre de 2012


Nombre: Daniela Lizette Galván Casto
Maestro: Lic. Karla Cruz
Trabajo: Ensayo de psicología 
Fecha: 11/11/2012
4°tetramestre 
Cars.edu.mx
Universidad_monterrey
Universidad_mexico
Escuela_monterreyhttp://www.uar.edu.mx/


Obediencia

“PORQUE TENGO QUE  OBEDECER”

De  todas las virtudes, hoy una de las más incomprendidas es la obediencia. La mayoría de las personas la ven como un hecho a soportar, una imposición que  no es posible evitar.
Si tener que  obedecer es algo no deseable y hasta malo ¿Cómo puede ser algo virtuoso? Si la obediencia fuera una virtud, una persona obediente seria más perfecta que una desobediente.

En una cultura individualista se hace muy difícil entender la obediencia. Pero para un cristiano el punto d referencia es Cristo. Es el modelo a imitar. Y Cristo quiso, El mismo, quiso obedecer.
Se obedece a alguien constituido en autoridad. Básicamente es un servicio. El que manda debe ser quien más sirve. Tiene sentido que  haya una autoridad. Es necesaria. Así evita el caos y hace posible la armonía. Solo quien sabe obedecer, sabe mandar.
La autoridad hay que ganársela. Es sobre todo una autoridad moral. No hay que abusar de la autoridad: usarla para propio beneficio o arbitrariamente haría perderla. Si lo hiciera así, sería injusto.
Sin libertad no hay obediencia. La obediencia procede de la naturaleza social del hombre. Además adquiero disciplina interna: estando sujeto a otro voy consiguiendo dominio de mí mismo.
No hace falta entender lo que me piden para obedecer inteligentemente. A un que no lo comparta del todo. Y si sucediera que se me pide algo ilícito, obviamente no debo hacerlo. Tengo derecho a obrar d acuerdo a mi conciencia y no ir contra ella. Es lo que se llama el derecho a la objeción de conciencia.

En un primer momento el proceso de maduración personal supone se cada vez más independiente. De alguna manera todos dependemos de todos. Dios quiso que el hombre se adhiriera libremente a su plan y tomara parte de él. Además cuando obedecemos a hombres establecidos en autoridad en sociedades humanas, estamos obedeciendo a Dios. Dios quiere que obedezcamos.
De aquí, que quien manda arbitrariamente sea un tirano que va perdiendo su autoridad. Las personas erigidas tiene que respetar loa amplios márgenes de legítima autonomía de las personas a su cargo como condición de legitimidad de su misma autoridad.
Cuando   subrayamos los valores de la obediencia no estamos proponiendo como ideal un tipo de persona sumisa y sometida. Hoy quienes por cobardía, o por falta de personalidad, por comodidad, para evitar complicaciones, lo aceptan todo, no discuten nafa, se someten a todo.

Prefieren hacer algo que no les gusta, o incluso esta mal o los ofende, antes que pasar un mal rato. Esto no es virtuoso, ni es obediencia. Obviamente cumplir un mandato malo no es un acto de obediencia, ya que en este caso la virtud exige resistirse a esta mandato.
Las rebeldías en sí mismas nos son algo bueno ni malo. Expresan nuestra inadaptación a algunas cosas del mundo exterior. Es bueno sentir rebeldía ante lo que no es bueno. Presenciar una injusticia, por ejemplo, debería producir indignación en cualquier persona. En esta sentido las rebeldías son factor de progreso social: no acepto una serie de cosas de una sociedad y quiero mejorarlas.
La obediencia es una virtud necesaria y positiva. Engrandece a quien la tiene. Hay que aprender a obedecer y a mandar. Lo segundo se aprende a través de lo primero.
La obediencia es algo bueno porque permite trabajar en equipo y lograr que la sociedad esta más unida y haya respeto entre todos, para que haya orden y la gente se pueda dar a entender. Hay que obedecer a los que tiene autoridad sobre nosotras porque saben lo que hacen y sobre sus manos esta nuestro futuro y nuestra vida.

Valor de la Obediencia.

1. Cómo se puede definir este valor?
Es una relación de respeto y responsabilidad mutua a lo largo de la cadena de mando.

2. Cuáles son las formas en que puede cultivarse?

Son cinco las claves para cultivar la obediencia.

a. Recibe instrucciones completas: no puedes llevar a cabo instrucciones a menos que oigas las palabras y entiendas el significado de la persona que las da. Asume la responsabilidad de escuchar cuidadosamente lo que te dice una autoridad. Al hacerlo, obtendrás la información necesaria para actuar de forma eficaz, precisa y completa.

b. Adopta una buena actitud: quejarse denota falta de respeto por los otros y por sus metas, aún si sigues esas instrucciones al pie de la letra. Por otro lado, intentar alcanzar las metas de tu autoridad con entusiasmo te dará credibilidad para poder hacer sugerencias cuando sea necesario. Demuestra obediencia para satisfacerlas. Una sonrisa genuina es muchas veces la mejor forma de expresar obediencia.

c. Actúa inmediatamente: La obediencia tardía es desobediencia. Luego de recibir instrucciones, actúa de forma inmediata para asegurarle a tu autoridad que has entendido sus indicaciones y que las llevarás a cabo. Aún   cuando tengas dudas, razones válidas para oponerte a otras tareas por completas, demuestra respeto comunicándole estos asuntos inmediatamente.

d .Ve más allá de lo necesario: Una persona obediente va más allá de los requisitos mínimos para obtener los objetivos necesarios, incluso si las condiciones cambian o si no hay supervisores disponibles. Concéntrate en las metas y en las instrucciones en vez de enceguecerte con los detalles. Una persona sabia dijo una vez: “Un buen hombre da un paso; un gran hombre da dos; un héroe no cuenta sus pasos”. Proponte causar un impacto duradero superando las expectativas.

e. Cumple las reglas: Seguir una orden que viola un principio moral o ignora los límites jurisdiccionales no es ser obediente. Los elementos claves de la obediencia son el interés genuino por el bien de la autoridad y el compromiso personal con lo que es correcto. Por lo tanto, cuando te piden que hagas algo malo, la obediencia necesita opciones creativas que honren las metas de la autoridad sin violar principios morales.






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